jueves, 11 de enero de 2018

Molly's game

de Aaron Sorkin. EE.UU., 2017. 141.
11 de enero de 2018. Cines Parqueastur, Corvera.

Molly Bloom tiene que defenderse. Y lo hace con un abogado integro al que por ahora no puede pagar. Se la acusa de estar en lo peor de las tramas mafiosas. Pero ella es solo una mujer muy lista que había organizado limpiamente partidas de poker en las que nada prohibido estaba permitido. El prometedor futuro que tenía como esquiadora y la compleja relación con su padre enmarcan una historia que muestra la preparación de su defensa y la singular carrera de esta mujer que fue capaz de acumular mucho poder sin llegar a corromperse.

Un relato trepidante sobre una historia real. Tanto el guión como el montaje hacen que la película pase en un suspiro. Y la estupenda interpretación de Jessica Chastain (que también estaba magnífica en películas tan buenas como El caso Sloane, El año más violento, La desaparición de Eleanor Rigby, La señorita Julia, La noche más oscura o Take Shelter) hace muy grata una historia que es bastante más que un buena película sobre timbas elitistas y peripecias judiciales.  En Moolly’s Game hay también unos diálogos bien escritos y muy intencionados. De hecho, las referencias a la mitología griega son tan pertinentes como la estructura de una historia en la que relación entre la hija y el padre (y tambíén la del abogado y su hija) y la génesis de una personalidad leal hacen que la película tenga un  dispositivo narrativo bien trabado que sigue dando bastante que pensar después de salir del cine.